Estos días se ha hecho viral el Vai lavar a cara interpretado en una especie de pseudogallego por mujeres de Corea del Norte. El fascinante canal de Youtube donde se aloja el vídeo pertenece a Bernardo Valiño, un abierto defensor del régimen totalitario de Corea del Norte y del franquismo. Tras dimitir de la presidencia de la Asociación de empresarios de Sada por un artículo homófobo en la revista de esa entidad, Bernardo Valiño se exilió a Pionyang.
La marcha de Valiño impidió que se llevasen a cabo en Sada iniciativas tan ilusionantes como los primeros Juegos olímpicos sobre barro, la reina de las fiestas o procesiones. Desde el régimen totalitario de su amada Corea del Norte, el otrora director del Mariñán continúa publicando sus loas franquistas y sus revelaciones filofascistas. Tras denunciar una caza de brujas y un complot judeo-masónico contra su persona, Valiño ocupa un cargo como Asesor de la Comisión de Purgas y Castigos en la patria de su admirado Kim Jong-un. Autodenominado adalid de los derechos humanos, con la humildad y la discreción que le caracterizan, Valiño aprovechó en su despedida para acusar a Sadamaioría y BNG de «defender los derechos humanos solo cuando conviene».
En Corea del Norte, Valiño goza de los infinitos monumentos dedicados al amado líder, de sus hermosos desfiles militares, de sus deliciosos platos a base de perro, de la belleza de su zona desmilatirizada, de sus experimentos con humanos, de la pintoresca tensión en la frontera con Corea del Sur, de los campos de concentración o de los flamantes rascacielos de la capital. Además, el empresario participa en la famosa maratón de Pionyang, que empieza y acaba en el enorme estadio de Kim II Sung. Surfear en la costa oriental, esquiar en el recién levantado resort de Wonsan, recorrer las abundantes cadenas montañosas o bañarse en el parque acuático más grande del mundo serán otros privilegios de los que Valiño disfruta.
Valiño deja un legado de incalculable valor en Sada. Suya es la idea de recuperar el hotel abandonado de Sada para convertirlo en la Universidad de Protocolo Isabel Preysler. De él partió la idea de impulsar el Aeropuerto internacional Bernardo Valiño y fue el impulsor de la Romaría Internacional y el Arde Lucus. Él propuso «traer» 10.000 personas a Sada con unos globos hinchables e ideó el ambicioso proyecto de Sadalandia. Sus últimos bombazos fueron pedir un cañón para celebrar en Sada la Guerra de Independencia y traer a la villa una réplica de la muralla romana para que desfilase una legión de romanos gais.