El Gobierno anunció ayer que bombardeará Cataluña con baladas de Bertín Osborne «e incluso con sus villancicos» en su Cruzada contra el terrorismo independentista. En su afán por «rehispanizar tierras catalanas», el Ejecutivo presidido por Mariano Rajoy baraja también «arrojar sobre la población chistes de Arévalo», después de confirmar que el atemporal cantante y el gurú de los gangosos homosexuales «ya se han reconciliado» tras la mediación de la Unión Europea. La pasada semana, Rajoy mostró su intención de “encarcelar directamente a todos los catalanes” para “ahorrar tiempo y trámites innecesarios” en la lucha contra la ideología antisistema puigdemonista.
“Intentaré hacerlo lo mejor que pueda, estoy muy emocionado”, señaló por su parte Álvaro de Marichalar, a quien la vicepresidenta Soraya Sáenz de Santamaría nombrará en breve emperador regente del Gobern catalán. La sustitución en la Generalitat de Carles Puigdemont se produjo después del que el Gobierno anunciase que obligará a los catalanes a ver “completo” el programa de Carlos Herrera en virtud del artículo 155 de la Constitución española.
Tras anunciar que la empresa Nocilla se instalará en el hotel abandonado de Sada, el Gobierno decretó que la butifarra y la sardana quedan prohibidas en territorio español. Esta medida se enmarca en la Solución final ideada para el completo exterminio del pueblo catalán, al que Rajoy pretende cercar con un muro si finalmente se independiza, después de que la división acorazada Fraga Iribarne haya tomado ya Barcelona. A estas medidas podrían unírsele otras similares en aplicación del artículo 155 de la Constitución.