La Asociación de Empresarios de Sada (Aesada), que publica mensualmente el Mariñán, emitió ayer un comunicado en el que negó que dicha publicación se vaya a rebautizar como Valiñán en honor a su presidente, Bernardo Valiño, como se anunció inicialmente. Finalmente, el Consejo de Administración de Aesada anunció que la revista de humor pasará a llamarse Fasciñán, por sus reiteradas alabanzas a Francisco Franco y por alinearse con los intereses del fascismo en sus divertidas páginas. Así, el Fasciñán «refuerza su vocación clara e inequívoca a la hora de defender a los sectores más desprotegidos de esta hermosa villa marinera, a los nostálgicos del paredón y el garrote vil, a los enamorados del aroma a libertad -que no libertinaje comunista- de esa España hermosa que el invicto Caudillo gestó en 1936».
No es ningún secreto la vinculación del Mariñán con el Partido Popular y con los sectores más reaccionarios y ultraderechistas de Sada. Ahora esta unión no se tratará de ocultar, con lo que es previsible que la hilaridad desaparezca por completo de las páginas del nuevo Fasciñán. A partir del próximo mes, las alabanzas hacia Franco vertidas desde esas páginas, plagadas de entrañables faltas de ortografía e innumerables barrabasadas, «serán directas, a pecho descubierto», informaron desde Aesada. Y es que el número de este mes del Mariñán ha supuesto «un claro punto de inflexión». Porque a los artículos surrealistas ya publicados de Valiño sobre las supuestas consecuencias positivas para Sada del régimen de terror implantado por los golpistas en 1936 o las bondades del régimen norcoreano… hay que añadir el publicado este mes. En él, un tal Emilio Bermúdez frivoliza sobre la movilización social y política generada para que el pazo de Meirás sea devuelto a la ciudadanía tras su vil expolio. Más aún cuando se trata del icono por antonomasia de Sada y supone por desgracia su mayor activo turístico.
Lo gracioso es que se intenta coaccionar y chantajear, al más puro estilo mafioso, a las personas que luchan por recuperar esa residencia robada a los propios vecinos de Sada. El autor del chascarrillo amenaza con la aparición del supuesto fantasma de Franco, en un alarde de originalidad. «Si hay pruebas de que el pazo es de los ciudadanos de Sada y recuperarlo es urgente para nuestro bienestar y felicidad. ¡A por él! ¡Faltaría más!» Este es el nivel del autor, que parece haber vivido en una cueva los últimos cincuenta años. Pero, por si no fuera suficiente, la jocosa y rompedora sección de Pitita y Cuca califica de ladrones y «piratas» a aquellas personas que reclaman la restitución al patrimonio público de una propiedad robada y que permanece en manos de los herederos de Franco, en un caso único en la Europa del siglo XXI. ¿Se imaginan un palacio expoliado por el nazismo en Alemania en manos de los herederos de Hitler? «Estos ahora le quieren llevar el pazo, hala, así por toda la cara, a mi prima la Carmencita. No tendrán otra cosa que hacer que andar robando lo que no es suyo. ¡Pero serán piratas!» Simplemente inenarrable.
En el Fasciñán del próximo mes, del que ya tenemos la portada en exclusiva, la publicación nacional-socialista muestra su «estupor» ante la no asistencia del fantasma de Franco a la misa en la que el exalcalde de Sada, el popular Ernesto Anido, obtuvo el bastón de Saruman para recuperar la alcaldía. Esperemos que esta nueva estapa del Fasciñán continúe por muchos años. Gracias por los buenos momentos que nos hace pasar a todos los amantes del despiporre.