Sada acogerá a los miles de perros expulsados durante las últimos semanas de Oleiros, después de las sanciones realizadas por el mandatario bolivariano Ángel García Seoane, Gelo. Y es que el Concello castrista decretó encerrar a los cánidos de 22.00 a 8.00 horas para evitar molestias a los vecinos millonarios de los chalés. Pero muchas mascotas han desobedecido esta orden y, al ser insolventes, no podrán pagar las multas por los ladridos. Por eso se han producido las expulsiones masivas, ya que los perros oleirenses tampoco pueden prestar servicios a la comunidad debido a las molestias acústicas de sus ladridos.
El consistorio Sadense respeta mucho a los perros, más incluso que a las personas, ya que en Sada está permitido que defequen con total libertad. Incluso el Concello dispone de fuentes para los animales sin que existan para personas, así como la total prohibición de las bombas de palenque y demás cohetes, sin tener en cuenta que antes ya eran un problema para niños y personas con discapacidad. Las playas sadenses son ya cagaderos oficiales para perros, y, además, la Perla das Mariñas ha sido pionera en convertir sus escuelas en centros para perros.
Este toque de queda canino de Oleiros se ha visto envuelto en la polémica. Muchos vecinos consideran desmedidas las acciones de la Gestapo bolivariana con los perros, que ha hecho pagar muy caras las consecuencias de sus ladridos a deshora. No obstante, la policía local de Oleiros enseguida ha hecho esfumarse cualquier atisbo de crítica o censura hacia Gelo. Recordemos que en Oleiros el acceso a Internet está intervenido y sus vecinos no saben quiénes son -por poner dos ejemplos- ni los Beatles ni Miguel de Cervantes. Ya que lo único que aparece en su buscador, Geloogle, son noticias relacionadas con el presunto esplendor de Oleiros gracias al mandato de Ángel García Seoane.
Oleiros también planea llevar a la cámara de gas a los búhos que no dejen dormir a los habitantes comunistas de sus lujosas urbanizaciones marxistas. También está previsto emplear un insecticida masivo contra los grillos molestos al comienzo de la época estival. «É intolerable que molesten pola noite, matarémolos a todos» zanjó un embravecido Seoane. Este paquete de medidas, que amenaza con convertirse en un nuevo tilocidio, mantiene en tensión constante al equipo de Gobierno oleirense.
Por su parte, Tobi, el perro del polémico mural satánico de Oleiros, que vive en Maianca y es el candidato del PP local, consideró «desmesurada» la represión gelista contra los ladridos de los perros e instó a los vecinos a «proteger el derecho de las mascotas a ladrar libremente». En esta línea, la asociación ecologista Pacma censuró «los reiterados ataques a la libertad animal perpetrados por Gelo».