El Gobierno español aprobó ayer un decreto mediante el que «se suspende la práctica de la sardana en territorio hispano, así como la comercialización de butifarra, hasta que no se clarifique la situación de Cataluña en defensa de la unidad de España«. Esta medida se produce después de que el president de la Generalitat, Carles Puigdemont, haya eludido el requerimiento que le formuló el presidente del Gobierno, Mariano Rajoy, para que le concretara si en su comparecencia en el Parlament el pasado día 10 proclamó o no la independencia. En la carta, Puigdemont se limita a recordar que llevó a cabo «la suspensión del mandato político surgido de las urnas el 1 de octubre» y se dedica hasta en seis ocasiones a reclamar abrir un proceso de diálogo al que pone un plazo: dos meses.
Con el claro objetivo de presionar a Puigdemont, el presidente rockero, el Ejecutivo que preside Mariano Rajoy considera legítimo «anular temporalmente dos de los aspectos más representativos de Cataluña», como son su baile regional -la sardana- y su comida estrella -la butifarra-. «Lo que hacemos lo hacemos por el bien de España porque somos muy españoles y mucho españoles», explicó Mariano Rajoy. Esta medida se enmarca en la Solución final ideada para el completo exterminio del pueblo catalán, al que Rajoy pretende cercar con un muro si finalmente se independiza, después de que la división acorazada Fraga Iribarne haya tomado ya Barcelona. A estas medidas podrían unírsele otras similares si el Gobierno recurre al artículo 155 de la Constitución.