El presidente de la Xunta al que nadie conoce, Alfonso Rueda, fue cacheado y arrestado en el acto de jura de la princesa Leonor el pasado sábado en Madrid. El titular del Gobierno gallego fue detenido por varios agentes de paisano infiltrados en el evento al no poder identificarlo. Luego fue llevado a la sala de interrogatorios donde, tras unos veinte minutos y mediante la intercesión del candidato del PP, Alberto Núñez Feijóo, pudo ser reconocido. «Fue un trabajo ímprobo ponerle nombre y apellidos al fin a este señor, porque nadie en el Congreso de los Diputados parecía reconocerlo», señaló un responsable de seguridad de Casa Real. «El señor Feijóo al final dijo que sí le sonaba su cara y pudimos comprobar quién era», añadió.
Los agentes pensaron inicialmente que Alfonso Rueda podría ser un terrorista islámico, por lo que iniciaron el protocolo de seguridad aislando al sospechoso en el otro extremo del edificio. Tras ciertas comprobaciones se inclinaron por la teoría de que se trataba de un espía de Puigdemont. Finalmente, el sofisticado programa informático del servicio secreto español dictaminó que el individuo era el portavoz del Ejecutivo autonómico gallego, extremo que tras las dudas iniciales fue confirmado por Feijóo y otros testigos. «Comprobamos el DNI del señor Alfonso Rueda Rueda, natural de Pontevedra, y finalmente resultó ser verdad que se trataba del presidente de la Xunta de Galicia, pero fue algo muy extraño porque todo el mundo a su alrededor parecía no saber quién demonios era», precisaron fuentes de la Guardia Civil. Según las mismas fuentes, su rostro anodino, de personaje anónimo y su personalidad insulsa, unido a su capacidad para dormir a las viejas, despistaron a los investigadores.
Con anterioridad, Alfonso Rueda Rueda, que rueda un biopic sobre su vida, ya había tenido problemas al no conocerlo nadie en Madrid. En agosto del año pasado, el presidente de la Xunta fue confundido con los guardaespaldas de la propia Leonor. La revista Lecturas pixeló su rostro pensando que Rueda, mediador entre Hamás e Israel, formaba parte del personal de seguridad de la infanta. Y las cosas no han cambiado. Porque a este señor sigue sin conocerlo nadie en ninguna parte.