Los extremos se unen. Era de esperar. Los continuos fracasos de Podemos y Vox para enfrentar una candidatura sólida por separado al liderísimo estadista internacional Feijóo han llevado a las direcciones de ambos partidos a darse cuenta de la realidad: de que son lo mismo. Y la unión hace la fuerza. Las conversaciones de Pablo “palacete comunista” Iglesias con Santiago “dos tallas más pequeña la chaqueta” Abascal eran un secreto a voces, y la confluencia se ha producido.
“Ahora podremos decir una cosa y la contraria al mismo tiempo, como hace Feijóo”, ha afirmado Pablo Iglesias en la última reunión de su comité central de comisariado político. Además siempre se ha sabido que entre Abascal y la papisa podemita Irene Montero había cierta química en el Congreso, por las miraditas entre ambos y las sonrisitas que intercambiaban durante sus intervenciones, y ha trascendido que se les ha visto salir a la vez de algún motel, lo que ha facilitado el acercamiento.
Pero no todo iba a ser un camino de rosas, había que buscar un candidato adecuado a la Xunta. El rival es duro de carallo, casi invencible. Y de los fracasos anteriores Podevox ha aprendido. No vale con intentar poner a otro cabeza de cartel con más cara de cona que Feijóo, o que diga mayores caralladas, imposible.
Había que combatirlo de otro modo: con tías buenas. Y para ello han pensado en la que está más cañón de Galicia, Ana peleteiro, a la que harán una gran oferta tanto económica como ofreciéndole inmunidad total ante la ley como ejercen Feijóo y sus amigos. “Que esté tan buena compensa que sea negra”, han dicho los de Vox. “Que sea negra compensa que esté tan buena”, los de Podemos. Maridaje perfecto.