Miles de personas procedentes de Culleredo llegaron a nado en los últimos días a las playas de Oleiros. La frontera entre estos dos municipios ha agravado aún más las tensiones entre ambos municipios con esta nueva crisis migratoria. Esta nueva escalada en la tensión diplomática se produce después de la declaración de guerra del alcalde de Oleiros, Ángel García Seoane, Gelo, a su homólogo cullerdense, José Ramón Rioboo Castro.
García Seoane ordenó al cuerpo de Emerxencias, Policía local, voluntarios de Protección civil y cuerpo de élite de socorristas desplegar un dispositivo sin precedentes en la orilla este de la ría del Burgo para contener el aluvión de personas que trataban de llegar al municipio. «Buscan unha vida mellor e non lles importa arriscar a vida», comentó el regidor en el programa Fío aberto de la Cadena SER o no SER. «O que non pode ser é que o alcalde de Culleredo estea a mandar cruzar á ría a xente inocente aproveitando a pandemia», concluyó.
Unos 1.500 cullerdenses arribaron en total a las playas de Santa Cristina, Canabal, Santa Cruz y Mera. «Esta pobre xente que vén de Culleredo non sabe o que é nin unha zona verde nin un parque e simplemente fuxe da pobreza do seu urbanismo natal, calquera o faría», señaló Gelo. La entrada masiva de cullerdenses al famoso municipio comunista para millonarios se produjo de madrugada y se intensificó durante el día. Esta multitud, en su mayoría jóvenes deseosos de aprender a jugar al golf, nadaron hasta las playas de Oleiros, algunos corriendo o mostrando los pulgares hacia arriba.
Enclaves oleirenses como Santa Cruz o Mera han sido durante mucho tiempo un imán para los inmigrantes cullerdenses que tratan de llegar a Oleiros en busca de una vida mejor. Sin embargo, el elevado número de fugitivos -que incluye a unos 300 menores- fue seguido rápidamente por el anuncio de las autoridades oleirenses de que aumentarían su dispositivo de seguridad en la zona.
Oleiros va a actuar “con la cabeza fría”, dijo el ministro de Asuntos Exteriores de Oleiros, Pablo David Cibera, en una entrevista a la SER, añadiendo que las autoridades ya habían empezado a enviar a los recién llegados de vuelta a Culleredo. No obstante, Oleiros, que invadió recientemente Sada y Coristanco, procedió al despliegue de la división acorazada Esther Pita a lo largo de su frontera.