Mi novia me soltó este fin de semana: «Tengo que mentalizarme de que mi cuerpo va a cambiar». Me lo dijo en medio de una conversación bastante pesimista en la que afirmó que si nunca había hecho ejercicio no lo iba a empezar a hacer ahora y que si le colgaban los pellejos o engordaba o su cuerpo cambiaba eran cosas de la edad y que no había solución. Sin embargo afirmó que en este momento se sentía a gusto consigo misma y a mí no me gustó cómo terminó la conversación. Algo no me cuadraba.
«Tengo que mentalizarme de que mi cuerpo va a cambiar». Si en este momento te sientes a gusto con tu cuerpo esta frase significa, a mi entender, que ya no te vas a sentir a gusto, es decir, que tu cuerpo va a cambiar a peor. Das por hecho que vas a engordar, a tener arrugas y en definitiva te mentalizas para algo malo que según tú es inminente e inevitable. Ves el futuro negro. Posiblemente con el tiempo aciertes pero podrías estar equivocada. Podrías morir antes de que tu cuerpo cambie. ¿Por qué te mentalizas para los cambios que va a tener tu cuerpo y no para la muerte? Si pensaras que la muerte es inminente e inevitable, ¿en qué te gustaría invertir el tiempo que te queda?
Tal vez si pensaras que vas a morir pronto darías más valor a las cosas buenas que tienes ahora e intentarías disfrutar al máximo el tiempo que te queda. O tal vez vivirías acojonada. Mentalizarse para algo malo que va a venir es un sentimiento deprimente. Si realmente lo que viene es malo no te mentalices para ello, ya lo afrontarás cuando llegue, si es que llega. Ahora solo debes pensar en todas las cosas buenas que tienes, cubrir tus necesidades básicas y disfrutar de la vida. Carpe diem, disfruta el momento.
