El máximo César de todas las Rusias, Vladimir Putin, llegó esta mañana a Ourense en visita de Estado oficial. Fue recibido por la máxima autoridad de la provincia, aunque sea en la sombra, José Luis Baltar, amigo personal desde hace décadas del filántropo e infalible gobernante antes soviético.
La familia Baltar se reunió toda ella alrededor del capo José Luis para dar la mano y hacer la genuflexión a su gran ídolo Vladimir y, acto seguido, los dos máximos mandatarios se reunieron a puerta cerrada para tratar un asunto de vital importancia para Ourense: dar el trato que se merece a Jácome, actual alcalde de la capital provincial, enemigo público número uno de los Baltar y con ello de toda la tierra orensana. Porque los Baltar de todos es sabido que son como el Santo Grial para la provincia, su gobierno es eterno pese a quien pese y están unidos indisolublemente a la tierra.
Putin trajo consigo unas bagatelas de regalo para Baltar: una caja con cien cápsulas de polonio y otra de novichok como regalo personal a Galicia y sus gentes, para que con ellas puedan hacer frente a los enemigos de la tierra. Don Vladimir ordenó a continuación a tres de sus agentes personales acudir al domicilio de Gonzalo Pérez Jácome para “tener una charla con él”. Cuando dieron con él, Jácome logró escapar en monopatín saltando tres tapias de fincas sin que los esbirros pudieran darle caza. Pero fuentes de los Baltar han asegurado que pronto le localizarán para hablarle de una “moción de censura”. El orden tarde o temprano volverá a Ourense, bienvenido sea.