Lara Carlson, natural del estado norteamericano de Ohaio, se ha hecho famosa en los medios de la región recientemente tras confesar que fue violada por un cerdo vietnamita y que ahora está esperando un bebé. La joven, de 23 años, explicó que, una noche, cuando llegó a casa de jugar a los bolos, su afición favorita, su cerdo vietnamita Paco se abalanzó sobre ella, logrando penetrarla en un perfecto ángulo.
«La gente piensa que estoy loca y que necesito ayuda mental por mi historia; preguntan ¿cómo es que el cerdo consiguió quitarme la ropa interior y montarme? Yo no llevaba bragas ese día, este cerdo lleva colado por mí hace muchos años, siempre olfateaba mis genitales y se ponía muy cachondo cuando llegaba a casa… y trató de violarme centenares de veces y esa fue la única vez que tuvo éxito».
Lo más extravagante de toda esta historia, por si ya fuera poco rocambolesca, es que el padre de Lara y futuro abuelo de la criatura, Peter, confirma la teoría. «Lara sabe que no puede tener relaciones sexuales hasta que ella esté casada. El cerdo abusó de nuestra hija».
El viejo confesó que, aunque pensó en sacrificar al animal, la relación de parentesco que les une ahora ha frenado sus ansias de venganza. «Paco siempre ha sido un cerdo intratable, por lo que no es sorprendente que la violara, aunque ahora es diferente y hemos de respetarlo porque se ha convertido en un miembro más de la familia».
Lara, que de momento no ha querido someterse a ninguna revisión ginecológica, espera convertirse en la mamá del primer bebé cerdito de la historia. «Que esté embarazada es la voluntad de Dios y solo deseo que mi bebé nazca sano y que no se trate de ninguna especie de puerco mutante», explicó.
La Asociación en defensa del cerdo vietnamita (Adecevi) emitió un comunicado en el que censura «que se coarte la libertad sexual de cualquier cerdo vietnamita» e instan a Lara Carlson «a ponerle fáciles las relaciones sexuales a su mascota ya que de lo contrario podría incurrir en maltrato animal», penado con penas de cárcel de entre siete y doce años.
Según Adecevi, «el bebé, sea cerdo o humano o híbrido, por el mero hecho de tener ADN de cerdo vietnamita, debe estar bajo amparo de los preceptos de la Convención de Ginebra de 1967, que establece que cualquier puerco tiene derecho a una cochiquera y a ser alimentado y amado».