El Benidorm Fest ha dado buenos réditos al grupo de muñeira-techno-rockadefésico Tanxugueiras. A pesar de salir derrotadas y del tongazo que algunos afirman en la votación final a favor de la cantante buenorra Chanel, las gallegas triunfan gracias a su música tan sui generis, o como quieran calificarse esos sonidos guturales que emiten por sus gargantas.
Para triunfar no hace falta tener el culo y las tetas que tiene Chanel, ni bailar como ella. Se puede ser fea a secas y emitir gorgoritos incalificables y aún así que te contraten para hacer más de cien bolos. Ciento diecisiete tienen las Tanxugueiras en concreto ya para este verano cerradas en el sur de la península gracias a su arte.
Se venía observando que cuando se emitía la música de estas intérpretes gallegas el cielo se encapotaba inmediatamente, tronaba y caían chuzos de punta. Incluso ha sucedido esto en Benidorm, tierra de secano tradicional, durante su actuación. Tras diversas pruebas el Instituto Nacional de Meteorología ha avalado que su música provoca la lluvia. Y dicho y hecho, muchos ayuntamientos del Sur de la península, que con el cambio climático están sufriendo ya los estragos de la pertinaz sequía, las han contratado a ver si suena la flauta y el trueno.
No se sabe si finalmente venderán muchas entradas o si las partes contratantes deberán incluir con el ticket tapones para los oídos para los espectadores que acudan incautos a los conciertos, pero el caso es que darán más galas durante julio y agosto que Julio Iglesias cuando en el Paleolítico superior aún hacía el amor sin pagar y le contrataban para cantar. Igual también este triunfo popular sirve también para que las Tanxugueiras tengan sexo con humanos, aunque sean sordociegos. En el desierto del Sahara sueñan con poder poner su música en las radio fórmulas.