Una encerrona. Eso es lo que sufrió Iker Jiménez en el parador de Almagro la semana pasada. El genial comunicador, ufólogo, fantasmólogo y filántropo salió como alma que lleva el diablo, nunca mejor dicho, de la habitación que ocupaba en el parador de Almagro tras ser testigo de una terrible aparición fantasmal.
El equipo del programa Cuarto Milenio acudió al completo tras recibir una llamada anónima que les anunciaba una aparición fantasmal en el lujoso establecimiento, antes convento, sito en ese pueblo manchego. Ingirieron su habitual ración de peyote antes de entrar al lugar, pero la sustancia no fue necesaria, porque el fenómeno paranormal estaba allí. Tras pasar unos minutos en una habitación, Iker Jiménez salió despavorido, no podía aguantar allí dentro mucho más sin desmayarse del susto.
Ahora se sabe toda la verdad: el autor de la llamada había sido Santiago Camacho. El filántropo, podcaster de megaéxito, fantasmólogo y ufólogo había sido quien telefoneó, con la voz distorxionada, a Iker Jiménez, animándole a acudir al lugar. Un rato antes, Camacho había estado en la misma habitación tras haber comido dos raciones de fabada en el restaurante del parador, y sus intestinos hicieron el resto, provocaron una aparición en forma de nube tóxica. Al entrar, el comunicador Jiménez, no pudo resistir aquello y abandonó. La encerrona estaba hecha y grabada, y todo ello se emitió en directo en el programa.
Carmen Porter ha asegurado que la cosa no va a quedar así, y ahora Santi Camacho deberá mirar todas las mañanas bajo su coche, o lo hará su chófer, porque la semana pasada el comunicador, podcaster y director de Días Extraños volvió a suspender el examen de conducir, la octava vez este año.
