El concello de Pontedeume ha cerrado hoy su frontera con Cabanas para evitar la entrada de refugiados ferrolanos que huyen de la extrema pobreza y la miseria y que a juicio del alcalde eumés, el socialista Bernardo Fernández, suponen «un foco de conflicto social». La Xunta y el Consorcio das Mariñas han instado al regidor a modificar su postura y reabrir el paso sobre el Eume y acoger un cupo aún por determinar de refugiados. «Esa pobre gente ya no tiene nada, en su lugar de origen solo le espera la más absoluta devastación» ha asegurado por su parte Xulio Ferreiro, el alcalde de A Coruña, que explica que la ciudad herculina ya acoge a un contingente indeterminado de ferrolanos «que conviven en total armonía con la población local».