Podemos creer o no creer

Por primera vez en mi vida puedo decir que estoy enamorada. Se meten mucho con él, pero… dejadle en paz, es un hombre bueno, es un hombre honrado. El verano pasado me hizo sentir como a una auténtica princesa. Me cuida, me mima y me ama. He dejado de follar con otros, de cagarles en la boca. Cuando el deseo nos puede, él manda el helicóptero de su padre a recogerme y en un ratito de nada aterrizamos en el patio de la cárcel de Villena. Luego subo a su ático y hacemos el amor en el jacuzzi. Tengo todo lo que se me antoja: joyas, oro, esclavos, lo que me da la puta gana.

Él no tiene la culpa de ser un “cabeza de turco” más, de tener que cumplir condena, aunque sea un paripé, para cubrir los vicios de su padre. Es el papel que le ha tocado vivir a José Bretón en esta vida, simplemente por ser hijo ilegítimo de Juan Carlos de Borbón, como lo son otros quince o dieciséis tíos que hay diseminados por seis de los siete continentes (a Juanito nunca le gustó Sudamérica, las sudacas no le ponen, “son feas y muy sucias las panchitas”, afirma). Hasta hizo un bombo a una bióloga especialista en microfauna durante un viaje a la estación Amundsen-Scott. Poder follar a punta de pistola con quien quieres es lo que tiene, se te suele ir de las manos.

Estábamos un día José y yo descansando en la cama, viendo el telediario de Telecinco, cuando de repente él pegó un respingo. Daban la noticia de que en Madrid había un violador de niños suelto. Él siguió la noticia en la pantalla de setenta pulgadas con interés y, al terminar la pieza, afirmó sin ningún género de dudas: “ahora culparán a algún cabeza de turco más, a algún pobre inocente, eso ha sido cosa de algún jerifalte y ahora el CNI se ocupará de ello, la policía cocinará las habituales pruebas falsas, ya verás, Lati”. “Déjalo, anda, que les den a todos por el culo, José”. Esnifamos unas rayas de la mejor coca y echamos otro polvo. José tiene una tremenda potencia sexual, necesita follarme cuatro o cinco veces cada doce horas cuando nos vemos. Al terminar me regaló lo que ahora yo más amo en el mundo: su preciosa sonrisa.

No puedo pasarme la vida en Villena, porque es un pueblo de mierda lleno de valencianos hijos de la gran puta y apesta. Así que, cada dos o tres días que paso con José, suelo volver a Madrid a airearme un poco. Estaba yo en mi casa de General Oráa recién levantada a las tres de la tarde cuando pongo la tele y sale el Piqueras diciendo que ya habían capturado al violador infantil. En ese momento suena el teléfono. Era José, claro.

-Lati, pon Telecinco, corre.
-Lo tengo puesto, cielo, Piqueras es el mejor, el puto amo….
-Mira lo que dicen los cabrones. Ese tío que han detenido es un agente del CNI, no se han andado con complicaciones y han cortado por lo sano. Le habrán pagado bien. El violador debe ser alguien importante y no quieren que se sepa.
-Eres genial José. Oye, qué es ese ruido que tienes por ahí.
-Son dos tíos follando en el jacuzzi… Monedero y Errejón, que me los han encasquetado para que pasen unos días aquí mientras se lavan sus vergüenzas públicas, porque anda que no han robado los hijos de puta, tienen que estar unos días fuera del alcance de las cámaras.
-¿Cómo…?
-Es largo de explicar, Lati, pero no te preocupes, en cuanto vuelvas te los presentaré. He dado una fiesta esta noche para presentar a estas dos grandes promesas de este país a gente importante. Han venido incluso Vera y Barrionuevo. A Vera no se le nota nada el SIDA, fíjate, tantos años padeciéndolo, cada día los tratamientos están más avanzados.
-Oye, José, no me gusta que folles con otros, José, eres sólo mío.
-No te preocupes, Lati, estos dos tienen más cornadas en el culo que José Tomás, y yo soy totalmente hetero, y fiel…

Las pesquisas policiales no dejaban lugar a dudas. Un tío cachas con pinta de degenerado había raptado, drogado y violado a varias niñas en un piso. Luego las abandonaba sin hacerles daño. Eso me extrañó, si el padre de José hubiera sido acabaría matándolas, como cuando pegó un tiro en la cara a su propio hermano después de violarle. No había sido un Borbón esta vez por pura falta de sangre en la abyección.

Una tarde regresé a mi casa después de hacer unas compras por Serrano y, cuando estaba descansando tumbada en el sillón, sonó el timbre de la puerta. Fuertes timbrazos. Me levanté hepatada. ¿Quién sería? El portero de la finca tiene órdenes de no dejar pasar a ninguna visita sin avisarme. Miré por la mirilla, pero alguien la había tapado con el dedo. ¿Sería el hijo de puta panchito revisor de Gas Natural habitual? Abrí la puerta y lo primero que vi fue un puño, que me impactó en la cara y me tiró al suelo como una muñeca rota. Luego noté varias patadas, no muy fuertes, que me impactaron en los costados.

-ME CAGO EN TU PUTA MADRE, HIJA DE PUTA. ZORRA DEL DEMONIO. TE VOY A MATAR, CERDA ASQUEROSA.
-Dale fuerte, padre, patea a esta zorra infiel. Cacho puta.

Eran mi padre y mi hermano, que se ensañaban con mi cuerpo. Cuando dejaron de patearme, abrí los ojos. No me habían hecho daño, son muy maricones. Me dejaron en el suelo y entraron en la casa. Iban acompañados de un tercer moro que se tapaba la cabeza con la capucha de una sudadera Everlast. Reconocí que era moro por el olor.

-Aquí podrá estar tranquilo, señor. Esta puta es mi hija y me debe sumisión.
-Gracias, gracias. En verdad no pensaba que una cosa tan vulgar pudiera levantar tanta polvareda, la policía me ha dicho que tengo que necesito ocultarme.

El típo hablaba con un raro acento marroquí de colegio de pago. Se quitó la capucha. Me quedé con la boca abierta. No acertaba a articular palabra.

– Usted es …Mohamed…..
-Tu hija, la puta esta, ¿habla? Ciérrala la boca de una patada.
No se preocupe, señor, si no se calla la callamos de un culatazo en los dientes.

Salí corriendo y me atrincheré en mi habitación y llamé a José.

-José, cariño, no te imaginas a quién tengo en mi casa.
-¿Qué pasa, Lati? Perdona, es que estoy en el jacuzzi relajándome después del partido de padel con el director de la prisión y Pedro Sánchez, que ha venido a visitarme, y estoy relajaaaaado.
-No te lo vas a creer, Mohammed VI está en mi casa….
-Había oído que andaba por Madrid….. vas a fliparlo, Lati. En la fiesta del otro día estuve charlando con Fernández Díaz y con Corcuera, el exministro socialista homosexual, y me contaron que lo del caso del pederasta lo habían tenido que resolver así porque estaba implicado el rey de Marruecos. Resulta que este verano, cuando estaba de vacaciones en España, había violado a varias niñas… al menos respetó la prohibición de matarlas, como le había dicho la policía… pero se le fue la mano, se pasó por la piedra a demasiadas y creó alarma social. Como en tu país permiten cacerías de niños se cree el tío que todo el monte es orégano aquí, y esto no es el Sahara, es España, coño…
-Te dejo, José, mi padre está intentando forzar la puerta de mi habitación.

Entraron mi padre y mi hermano tirando la puerta abajo. Mohamed número seis iba detrás de ellos, como dando órdenes.

-Señor, me parece muy fuerte lo que usted desea, no sé si podremos hacerlo.
-Quiero ver lo que te he dicho, imbécil. Además, ¿quién no ha violado a un hijo alguna vez? Además es una mujer, una raza inferior, no importa lo que le pase. Vamos, estoy esperando.
-Mi señor…. es que mi hijo es impotente ante las mujeres…
-Pues que le de él por el culo entonces, vamos, que así no le ve la cara, y que no mire y se imagine que está jodiendo con un rifeño, vamos, joder….maricones.

Mi padre me dio un empujón sobre la cama y me desgarraron la ropa. Me sujetaron entre los dos y mi progenitor, para que mi hermano se empalmara, se la chupó un poco. Cuando se le puso dura se escupió en la mano y me metió dos dedos en el culo, para ensanchármelo, pero no hacía falta, yo soy muy receptiva. Mi hermano me penetró analmente mientras mi padre lo hacía por la vagina. Mohamed el aluita observaba la escena mientras se la meneaba debajo del chándal. No tardó en correrse y, tras soltar unos jadeos, se quedó mirando la escena con una sonrisa. Mi hermano tuvo un gatillazo, pero mi padre siguió ahí, frota que te frota, hasta llegar al orgasmo al mismo tiempo que yo, en perfecta sincronía.

El trío de putos moros estuvo en mi casa tres días. Esas noches restantes yo las pasé en el Palace. Me excitaba pensando en el cerdo de mi padre penetrándome, pero no tengo ganas de convivir con él porque me obliga a hacerle la comida y si me sale mal el tallín me da de hostias. José me llamaba por teléfono de vez en cuando y me echaba la bronca.

-¿Y por qué no has follado con Mohamed sexto? Hubiese sido un honor y un puntazo en tu curriculum vitae.
-Pues porque te soy fiel, José, tú eres a quien quiero, amor mío.

Pasaron los meses. Mis hijos de puta de familiares volvieron a Marruecos. Un mediodía estaba yo en Villena Jailhouse con mi amado cuando nos sorprendieron las imágenes del atentado de Charlie Hebdo. Piqueras relataba lo sucedido como si se le hiciera la boca agua. José no perdía ripio de las imágenes.

-Vaya, ya han tenido que hacerlo estos degenerados. Ahora echarán la culpa al ISIS, esos pobres diablos. Otro engaño más, Lati….
-Pero, ¿los del atentado no son putos moros pobres, José?
-Que no, joder, Lati, que este atentado ya lo estaban planeando hace tiempo, y no son moros, si me lo contaron los del CNI hace meses, que iban a echar mierda sobre los opositores a El Asad. Mira, Lati, el régimen sirio es alauita, lo mismo que el de tu rey Mohamed, y han estado planeando echar a la opinión pública en contra de esos guerreros musulmanes con un atentado que pareciera que son ellos, con financiación de las casas reales española y marroquí, que son como primos hermanos. Pero no, en realidad han sido Monedero y Errejón, ese par de degenerados que son agentes de la CIA encubiertos, se han estado entrenando en un campo en el País Vasco con Santi Potros y unos cuantos legionarios del tercio de Viator.
-Joder, qué listo eres, José. Es que estás al tanto de todo. Ámame…. anda fóllame.

Bretón se emocionó, se le saltaron las lágrimas ante mi admiración. Me abrazó fuerte y me besó. Después me penetró con fuerza. Nos corrimos. Nos quedamos dormidos. La tarde pasó plácidamente entre caricias y arrumacos. Cuando por la noche estábamos cenando en la terraza, pudimos ver cómo un helicóptero se acercaba a la prisión. Descendió sobre el patio. Observamos cómo se bajaban tres personas. Un par de minutos más tarde llamaron a la puerta del apartamento-celda. Un funcionario-lacayo entró.

-Señor Bretón, su padre le pide por favor que aloje a estas tres personas en dos de las habitaciones de invitados, si no le importa. Y le envía estas dos botellas de Vega Sicilia, para compensar las molestias.
-Está bien, Manolo, no te preocupes, que pasen. Que se instalen en el ala Oeste, Lati y yo queremos intimidad y tranquilidad.

Entraron Monedero, Errejón y un negro bastante alto y fornido. Abrazaron a José efusivamente y me saludaron. Me daban un poco de asco, tenían aspecto de pobres, y el negro olía a negro. Nos, pusimos unas copas de vino, nos desnudamos todos y nos metimos en el jacuzzi. El negro y Errejón cogieron a Monedero, le tumbaron sobre el borde, se pusieron en cuclillas y empezaron a cagarle encima. A medida que defecaban él se empalmaba. Cuando llegó al clímax, Errejón le cogió el pene y se lo metió en la boca hasta la garganta con un frenético movimiento de mete-saca, hasta que Monedero se puso a gritar de placer:

-TOMA TU BECA, TOMA TU BECA, TOMA TU BECA, HIJO DE PUTA.

Y se corrió como un torrente en su boca. El negro maloliente, cuando dejó de ser útil, fue fusilado por la Guardia Civil en el patio al amanecer.

Colaborador
Colaborador

Persona humana que cree que aún es necesario luchar por la libertad en defensa del pensamiento crítico y por la igualdad de credos. Anónimo por vocación y solidario por necesidad.

2 comentarios

  1. Fascismo, machismo, racismo, tiene tantos «ismos» esta historia que merece una denuncia en los tribunales, porque incita al odio y practica la calumnia y la injuria. Enhorabuena.

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