Tras la noche trágica en que las urnas lo mandaron a tomar por el rasca, Pablo Iglesias abandonó la política, con su humildad habitual. Muchos hablaban de que volvería a la televisión, apuntaban a Sálvame Deluxe o a Mujeres, Hombres y Viceversa. Pero nada más lejos de la realidad: Pablo lleva tiempo pensando en ser actor.
Irene Montero se lo decía hace ya años, que debía aprovechar su tirón, su arte, que era un gran actor, que por qué no una película. Entonces surgió la oferta. Pedro Almodóvar estaba escribiendo el guión del rimeik de El planeta de los simios para Atresmedia, una versión algo más castiza pero con monos de verdad, no tíos disfrazados. El director manchego ha estado durante tres años entrenando a un grupo de inteligentes chimpancés y ha conseguido incluso que hablen, que bailen y que filosofen sobre política. Y para el papel que en su día interpretó Charlton Heston, el del valiente y atractivo astronauta con algo de chepa, había pensado, cómo no, en Pablo.
Dicho y hecho, llamó al líder podemita, hicieron una audición, y se dio cuenta de que éste había nacido para el cine. Le propuso un jugoso contrato y le presentó a los monos, con los que Iglesias trabó rápidamente una gran amistad, y gustoso comenzó a planear su salida de la política, para lo que planteó su jugada maestra: presentarse a la Comunidad de Madrid y, tras proclamarse vencedor indiscutible y aplastar a («la zorra de») Ayuso, retirarse en loor y hedor de multitudes.
Los resultados de las elecciones no salieron muy a su gusto, pero Pablo ha decidido aprovechar la propuesta de Almodóvar y aceptar el papel. Además, manifestó que puede que en un futuro vuelva a la política con un nuevo proyecto, un nuevo partido compuesto por él, los chimpancés actores e Irene Montero.
Y Almodóvar ya está pensando en otro proyecto cinematográfico con Pablo, otro rimeik: Tarzán de los monos. Irene Montero, con un disfraz, interpretaría el papel de Chita.