Niños esclavos de talleres textiles de todo el mundo felicitaron hoy su 84 cumpleaños a Amancio Ortega, el fundador de Zara. Pequeñuelos de India, Somalia, Brasil, Corea del Norte, Pakistán, China, Camboya, Argentina, Bangladesh, Marruecos, Vietnam y Sudán del Sur realizaron un divertido flashmob para agradecerle al filántropo gallego la posibilidad ser explotados de forma tan genial.
El Grupo Inditex fue investigado por diferentes países por mantener proveedores que promovían el «trabajo esclavo». Así ocurrió, por ejemplo, en el año 2011 en Brasil, cuando una serie de trabajadores fueron rescatados en unas condiciones degradantes, trabajadores que tejían las prendas para varias de las empresas de Ortega. En el año 2017 el gobierno brasileño sancionó con 1,3 millones de euros a Zara por incumplimiento de un acuerdo en el que se comprometía a erradicar las condiciones de trabajo esclavo.
Por otro lado, en octubre de 2016 lnos encontramos con el escándalo hecho público por el programa Panorama de la BBC en el que se descubrió cómo se estaban confeccionando prendas para grandes empresas del sector textil como Mango, Marks & Spencer, Asos o Zara en los campos para los refugiados sirios situados en Turquía.
Un menor que trabaja en una fábrica de Pakistán, de Camboya o de Bangladesh entra a las 4 de la mañana y sale a las 6 de la tarde. Los horarios rondan entre las 10 y las 16 horas y el salario no supera los 2€ al día. Las industrias de ropa, alfombras, fútbol o de material médico se sustentan con el trabajo de menores que son vendidos a las mafias o a las empresas por sus propios padres. “Comprar un niño en Pakistán es muy barato y una vez que lo has hecho, puedes hacer con él lo que quieras”, señala Ehsan Ullah Khan, el líder pakistaní contra la esclavitud de niños.
Así le sucedió a Iqbal Masih, vendido por su madre cuando tenía cinco años a cambio de 600 rupias (12 €). Masil comenzó a trabajar en una fábrica de alfombras persas destinadas al mercado occidental donde además era maltratado y despojado de todos sus derechos. Con 10 años se cruzó en su camino el Frente del Ullah Khan quien consiguió liberarlo y convertirlo en una figura contra la esclavitud de los niños. Después de un viaje a Estados Unidos, la mafia lo asesinó cuando tenía 12 años.
“Por eso siempre digo que no compren en empresas como Zara, Mango, Ikea o H&M, porque con el dinero que les entregas, ellos compran 5 esclavos más”. Khan sostiene que los gobiernos y grandes multinacionales son cómplices de este entramado que saca partido de los oprimidos y los convierte en mano de obra barata. “Este es un gran problema político, social, económico y militar pero a ninguno de ellos les interesa cambiar el sistema”.