La izquierda quiere progreso, pues toma tres tazas. El BNG ha exigido a Pedro Sánchez la vuelta a la división de Galicia en siete provincias, retornando a la división anterior a 1833: A Coruña, Lugo, Ourense, Pontevedra, Mondoñedo, Betanzos y Tuy. También se abre la puerta a anexionarse parte de Portugal y que Vigo pase a formar parte de Galicia.
La cabeza pensante de todo esto es una vez más el estadista internacional, filántropo, filósofo y catador de ribeiro Néstor Rego, que al enterarse de que la última ocurrencia/exigencia de Puigdemont a Sánchez era que se grabase a sí mismo un video comiéndose una caca de perro y lo colgase en el Llutube, se preguntó: «¿Por qué nosotros no podemos apretar un poco también a Sánchez con nuestra habitual coherencia y bien hacer?».
Y dicho y hecho. Tras levantarse al día siguiente a las tres de la tarde después de las largas deliberaciones la noche anterior con la directiva del partido y de tomarse tres ibuprofenos, llamó a Moncloa para hacer su petición. Le cogió el teléfono una señora de la limpieza a la que Pedro Sánchez suele encargar que conteste a las llamadas del BNG y le aseguró que la propuesta será aprobada en Real decreto y que cabe, como todo, en la Constitución.