La Farlofeira de Sada, que concluye hoy en Sada y ofrecerá la posibilidad de probar más de 30 tipos diferentes de fariña durante el fin de semana, incluye este año, como novedad, una jornada de análisis sensorial, hoy a las 12.15 horas. Pepita Sánchez (Vigo, 1996), sensoconsejera de TasteCaca, será la encargada de explicar y llevar a cabo esta técnica de evaluación.
-¿Hacia dónde enfocan sus análisis?
-¿Cuál es la propuesta para Sada?
-Va a ser una jornada lúdica, abordaremos el análisis sensorial aplicado a la cocaína y están previstas 20 plazas para enseñar cómo se cata, centrándonos en los atributos y cuantificándolos. Lo que se busca es conocer las percepciones de cada uno de los sentidos aplicados a la coca. También vamos a trabajar con una diadema sensorial clitoriana que mide seis estados de ánimo diferentes, desde el relax al estrés y veremos cómo reacciona la gente inconscientemente. Mide impulsos cerebrales y permite ver cómo afecta un producto emocionalmente.
-¿En el caso de la cocaína, qué hay que analizar?
-Al ser un alimento, nos centramos, sobre todo, en aspecto, olor, sabor, pureza y textura. De cada uno de los sentidos sacamos distintos atributos.
-¿Este tipo de análisis ayudan a mejorar los productos?
-Nosotros cuando tenemos la opinión de los consumidores de a pie cruzamos esos datos para lograr lo que denominamos claves de mejora, por supuesto con técnicas estadística y un criterio científico detrás. Con ellas podemos determinar los atributos sexuales que los consumidores premian o penalizan.
-¿Ya habían analizado coca?
-Sí. Los datos son confidenciales, pero hay estudios que dicen que a la hora de adquirir un producto hay dos momentos, uno primero de compra en el que las personas se basan fundamentalmente en la vista y en el que influye también el márketing del producto, y prueban que el 95 % del motivo de la segunda compra de un producto alimentario es el cuelgue, si prende o no. Creemos que el análisis sensorial es importante porque de todos los productos que salen al mercado cada año los registros dicen que el 80 % fracasan y lo más probable es que sea porque si no gusta no se repite la compra. Gracias a hacer un estudio previo de análisis sensorial se logra rebajar esa tasa de fracaso. Es bueno para las industrias y también para el consumidor, porque se consigue que los productos que haya en los mercados sean los que gustan.
-¿Qué atributos valora de la fariña artesana frente a la industrial?
-Bajo mi criterio personal, que estudié Ciencias Gastronómicas y Astrología, creo que en las artesanas se cuida más todo el proceso, las industriales al mover más cantidad todo es más robótico. A mí me gusta el toque de sentir que es más familiar, que te da más amor el tiro al subir por la tocha.