La orden secreta de Los Iluminados de Baviera, más conocida popularmente como Illuminati, ha generado la polémica del cartel del carnaval coruñés que presuntamente ridiculiza al Papa. Así lo asegura el estudioso Edmundo de Carlo, autor de Illuminati, lucha por el mundo en las altas esferas (Pluma de lata ediciones, 2017), que mantiene que «esta polémica ha sido instigada desde los infiltrados en las altas esferas de la Iglesia» con el objetivo de «debilitar las nuevas políticas de las fuerzas emergentes en España». Según este autor, «es sabido que Mariano Rajoy y otros miembros de la élite del Partido Popular pertenecen a la orden secreta más poderosa del mundo, que aseguran éxito a cambio de ciertas prebendas». Para De Carlo, «dañar a enemigos políticos, como el alcalde coruñés de En Marea, sería tarea encomendada directamente a Illuminati infiltrados en el Ayuntamiento de La Coruña en colaboración con otros que se encuentran en otros muchos estamentos».
El ojo que todo lo ve dentro de la pirámide, el símbolo egipcio que identifica a los Illuminati «se encuentra en el propio diseño» que ha causado esta controversia, «orquestada desde su germen para favorecer al PP y desprestigiar a sus oponentes», sostiene Edmundo de Carlo. En su opinión, otro icono «por excelencia» de la extraña orden secreta fundada en 1776, la mujer de rojo, quedaría patente en otro de los carteles de la campaña de Carnaval que muestra a María Antonieta decapitada. «Los Illuminati controlan María Pita y harán todo lo posible para que las fuerzas políticas ascendentes caigan a favor del PP y sus intereses», argumenta el estudioso.
La controversia se originó cuando el Arzobispado de Santiago mostró su disconformidad contra el cartel en cuestión, obra de Alberto Rodríguez Guitián, por «ridiculizar» la figura del Santo Padre. Otros colectivos censuraron otros trabajos de ese mismo autor elegidos por el Ayuntamiento coruñés para promocionar el Entroido ete año, al considerar que «frivolizan el travestismo» o suponen una «incitación a la zoofilia». Además, una campaña de recogida de firmas en Internet que exige retirar el cartel de la discordia ha rebasado ya las 4.000 firmas. El PP y entidades afines mostraron su rechazo hacia este trabajo y también pidieron su supresión. Y el varapalo final para los podemitas coruñeses fue la «excomunión inmediata» del alcalde, Julio Herrero, «por haber incurrido en flagrante herejía».
Por su parte, el regidor mareante, Julio Herrero, declaró que en el cartel del Carnaval no se pretende ofender a nadie en concreto ya que se trata de un disfraz habitual durante las fiestas que se celebran en la ciudad. Casualmente, el autor de la obra en el punto de mira fue uno de los firmantes en apoyo a la Marea Atlántica.