Unos 200 ultraderechistas participaron ayer en una performance en Madrid contra la amnistía para los líderes del procés que el Gobierno socialista está negociando con los partidos ERC y Junts. La pretendida manifestación se convertirá en un episodio de la nueva temporada de la serie de terror Historias para no dormir, como indicó Ángel Segarra, director de Netflix España. «El olor a naftalina, lo absurdo de las consignas, el ambiente retrógrado y esa neblina como de otro tiempo hacen de este acto un capítulo perfecto para nuestra serie, prácticamente será una emisión en directo de la manifestación», añade.
La concentración, bajo el lema ‘¡Contra la amnistía y el golpe de Sánchez!’, fue convocada por la Fundación para la Defensa de la Nación Española (DENAES) —afín a Vox, que fue presidida por Santiago Abascal hasta 2014— y se celebró bajo la música de Manolo Escobar, Bertín Osborne y Taburete. Santiago Abascal fue ovacionado a su llegada con gritos de “presidente, presidente” desde un escenario con el lema “Revuelta contra el separatismo”. El líder del partido de extrema derecha denunció la “vergüenza e indignidad” que a su juicio quiere perpetrar el presidente del Gobierno en funciones, Pedro Sánchez, al que calificó como “autócrata sin escrúpulos”. Abascal cerró su arenga con un “No van a pasar por encima de nosotros porque moriremos por nuestra España si es necesario” y un sonoro “¡Viva España!” antes de que sonara el himno nacional y Mi carro.
Entre gritos de «¡Puigdemont, a prisión!», «¡Otegi, terrorista!» y «¡Sánchez, traidor!», Abascal contó con algunos de los antiguos líderes del PP como Esperanza Aguirre —una de las primeras en llegar y muy solicitada—. También estaba anunciada la presencia de la exportavoz parlamentaria, Cayetana Álvarez de Toledo, la de Jaime Mayor Oreja o María San Gil pero no se les vio cerca del escenario y permanecieron en un discreto segundo plano. El presidente de Denaes, Iván Vélez, acusó al partido de Feijóo de tener “un discurso casi siempre ambiguo” respecto a la “secta secesionista” y lamentó su ausencia en la protesta. “Nosotros somos mucho más contundentes, porque nos mueve el bien común y no nos tiembla la mano cuando se trata de defender a España, la más bonita del mundo”, dijo Vélez.
En paralelo el PP celebró otra protesta contra la medida de gracia, en este caso en Málaga. Alberto Núñez Feijóo congregó a unas 300 personas. Aunque por separado, la derecha se movilizó solo un día después de que el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, defendiera por primera vez de forma explícita la medida ante el comité federal de su partido. Una amnistía, afirmó Sánchez, «por España». Feijóo dijo ayer que a la izquierda constitucionalista «ya no la conoce ni la madre que la parió» y agregó que esta izquierda, «que está a punto de ser eliminada de la faz del PSOE, debe de unirse a nosotros».
«Con semejante caterva de monstruos ¡cómo no vamos a triunfar!», aseguró un emocionado Ángel Segarra, que considera que este episodio de Historias para no dormir podría obtener la calificación de no recomendado para menores de 18 años debido a «la crudeza de las imágenes». Podríamos estar ante «un nuevo amanecer para las producciones de terror, que podrían reinventarse y trazar nuevas rutas gracias a esta genial idea de usar el horror real cotidiano para asustar a los espectadores con algo que no procede de la imaginación ni de la literatura y no deriva en la artimaña del falso documental», expuso.