La marcha de Gayoso de Luar inicia el Apocalipsis

La marcha de Xosé Ramón Gayoso del programa Luar de la TVG, tras presentarlo durante más de treinta años, es una señal inequívoca del fin de los tiempos. Este viernes el veterano programa del canal autonómico gallego inicia su temporada 32 y los espectadores no verán al presentador con el micrófono pegado a la barbilla, su peculiar manía. El pasado 21 de agosto Gayoso fue operado de la cadera y, aunque ya camina con la ayuda de una muleta, todavía no está en condiciones de subirse al escenario. «Levaremos uns 1.400 Luares e case nunca fallei pero agora tócame ir a boxes», comenta con buen humor. No obstante, el gabinete compostelano de agoreros y videntes Abraira Nortius, considera su ausencia ante los luareiros como «uno de esos mensajes que solo tienen una lectura posible: el Apocalipsis ya está aquí, el fin del mundo es inminente».

Desde que se conoció la noticia de que la nueva temporada no contaría con la participación del mítico presentador coruñés, muchos estudiosos del Armagedón comenzaron a dar la voz de alarma. Su sucesora, la verinense Esther Estévez, presentadora durante casi cuatro años del programa de divulgación para mejorar el uso de la lengua gallega llamado Dígocho eu, mostró su agradecimiento a Gayoso y sus temores ante la llegada del fin de los tiempos. «Non é prato de bo gusto cantar Apaga o candil sabendo que todo o mundo coñecido está a piques de ir para o carallo, e máis en sustitución dun monstro da comunicación como é Gayoso», afirmó en sus redes sociales.

En el Luar de este viernes actuarán María del Monte, Pitingo, New Boney M, Bertín Osborne, la agrupación de gaitas de Mondego, la formación folclórica del Bierzo Collunda, los cómicos Jaimito Borromeo y Marianico el Corto. La fecha del fin de los días es uno de los interrogantes primigenios y atemporales de toda la humanidad. Miles y miles de páginas y fotogramas de películas se han llenado fantaseando sobre cuándo sería y cómo podría evitarse.

Wilson Palleiro
Wilson Palleiro

Cree que todavía es posible cambiar el mundo. Como no tiene el valor suficiente para quemar cajeros o hacer escraches, escribe cosas.

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