Al fin, gracias a la ministra Irene Montero, como siempre, España podrá acabar con una de las grandes lacras causadas por el patriarcado. La máxima exponente de la lucha antimachista de nuestro país y del mundo ha logrado que la acidez estomacal sea reconocida como violencia machista grave, y que sea condenada por la ley.
Cada machirulo que provoque en su mujer esta dolencia tan extendida será condenado a prisión permanente revisable, pero en realidad no se revisará nunca porque el delito de un machista es siempre tan grave sin excepción que todos esos maltratadores se pudrirán en la cárcel. El agravante de la hernia de hiato será motivo de pena de muerte a garrote vil. Una simple declaración al respecto de la afectada será suficiente para condenar a cualquier macho de mierda patriarcal causante, aunque también será válido el testimonio de una tercera persona con autoridad suficiente, véase otra mujer cualquiera o un animal hembra de cualquier especie, que note mal aliento en cualquier mujer.
También en debate parlamentario se encuentra la enmienda presentada por Montero por la que cualquier hombre que sea sorprendido tirándose un pedo pueda ser detenido por delito de terrorismo y odio hacia la mujer, aunque no se ha decidido aún la pena que debería ser impuesta por ello, si la castración o directamente la tortura hasta la muerte mediante el visionado de mítines de Ione Belarra en bucle, esta última media muy discutida por su absoluta crueldad, aunque el macho siempre merece el castigo por su despreciable ascendencia patriarcal. Un paso más hacia la justicia y la igualdad gracias a Podemos.