La flamante obra estrella de Gelo, el campo de golf de Xaz Antonio David, ha conseguido lo impensable, unir a vecinos de distintas especies animales: humanos y jabalís. Hartos de que el ayuntamiento les deje sin comida ni agua para poder mantener el suntuoso campo de golf para residentes y turistas VIP, hombres y bestias han convocado una manifestación en el centro de Santa Cruz bajo el lema «Que CHE riegue Txapote» en clara alusión al demesurado consumo hídrico del elitista complejo en tiempos de cortes de agua por sequía y de la deforestación que su construcción ha causado expulsando a sus salvajes vecinos hacia los núcleos urbanos.
El portavoz del colectivo animal, ataviado con una camiseta del Xabarín Club ha manifestado a este diario que «oink oink oink», al tiempo que se comía la alcachofa del micrófono. Preguntado por este diario el alcalde de Oleiros, Ángel García Seoane, Gelo, ha declinado hacer declaraciones alegando estar demasiado ocupado con la inauguración en el parque de Mera de una estatua gigante de un oso y un madroño.
En pasadas jornadas, Gelo liberó a diez jubilados frente a la sede de la Xunta en Santiago. El regidor liberó en San Caetano a los pensionistas, que estaban encerrados en jaulas, para denunciar «as graves inxustizas que sofren os viciños de Oleiros por ter que soportar a centos de vellos sen oficio nin beneficio que danan a imaxe bolivariana do concello». En este sentido, Gelo explicó que los ancianos dan «mala imaxen» ya que «a Xunta mira para outro lado mentres Oleiros se ten que encargar de entretelos». Según explicó, «danan os xardíns particulares facendo buracos por todas partes e tamén andan fouzando polos preciosos parques ou quedan estomballados nos bancos ou noutros elementos do mobiliario urbano papando moscas». En su opinión, «os vellos non poden estar ceibos sin control» y reclamó al Gobierno gallego «máis control» o que de alguna forma «controlen que a súa poboación non se descontrole».
García Seoane puso el ejemplo «paradigmático» de la urbanización de Xaz para millonarios anexa al campo de golf municipal: «A primeira hora da mañán e a última hora da tarde andan pululando por aí señores con boina paseando que non teñen nada que facer, ¡que os leven para Santiago estes señores da Xunta de Galicia!» Se calcula que en Oleiros viven en estado salvaje unos 6.300 jubilados, de los cuales más de un tercio están sin vacunar. «Poden chegar a supoñer un verdadeiro problema se non tomamos medidas axiña», alertó el comunista de salón desde los micrófonos de Radio Gelo. Y es que Oleiros lleva dos años esperando un equipo de jaulas de la Consellería de Medio Ambiente para reducir la población de jubilados, después de realizar un estudio de los lugares que frecuentan en el municipio. Los daños acumulados sobrepasan, según el alcalde, los 60.000 euros.
En lo que va de año, los jubilados ya han destrozado la zona verde de la avenida Che Guevara, As Galeras, Beiramar e incluso parte del parque de As Trece Rosas recientemente inaugurado entre Bastiagueiro y Santa Cruz. Para evitar nuevos desperfectos, García Seoane propuso la realización de batidas, en coincidencia con la temporada de caza, entre Lamastelle y la Iglesia de Liáns, teniendo en cuenta que allí es donde crían y viven numerosos pensionistas. La Xunta, no obstante, no autoriza este tipo de acciones en zonas urbanas o sus alrededores.
«Arrasan as zonas verdes, arrasan con todo, métense nas zonas urbanas, andan todo o día mirando as obras, hai perigo para os cidadáns e arrasan coas fincas particulares. Isto é unha invasión total de xubilados, de porcos, e ós pocos hai que eliminalos. Non se pode consentir que non se poidan cazar os porcos nesta zona», espetó García Seoane. Hace años Gelo empleó un burro y una cabra en protesta por varias demandas no atendidas por parte de otras entidades.