Hoy en un taxi escuché en la radio datos estadísticos sobre el envejecimiento de la población española. No es algo nuevo. Llevan diciéndolo desde que yo era pequeño. De hecho lo estudiábamos en Sociales. Los países desarrollados sufren un envejecimiento de la población. Es normal: el costo de la vida, la inflación que no para de subir mientras que los sueldos se mantienen o incluso bajan, como es el caso de España. Se trata de un problema muy grave al que hay que poner solución o llegará un momento en el que la población en activo -en edad de trabajar- no producirá. Y entonces no habrá suficientes impuestos para pagar las pensiones… y mucho menos los sobres que se reparten nuestros políticos ni la deuda que le debemos a Europa por culpa de la mala gestión de estos y de nuestros banqueros.
Además de quemar a políticos y banqueros en la plaza del pueblo, no se me ocurre más que una solución: abrir las puertas a la emigración. En África y en Suramérica hay jóvenes en edad de trabajar que podrían producir lo que los jóvenes españoles no producen. Pero esto plantea otro problema: en España no hay trabajo. Fundamentalmente porque los bancos no dan crédito, y no lo dan porque están rescatados. Y están rescatados porque ciudadanos y banqueros tienen su dinero parado en negocios inmobiliarios. Por eso el problema del envejecimiento de la población no tiene solución.
Y existe otra cuestión. El Gobierno actual le pone las cosas muy difíciles a los inmigrantes y muy fácil a los que emigran. De hecho los inmigrantes que se quedan en paro tienen la posibilidad de cobrar todo el dinero en un solo pago para que puedan irse. Antes de la crisis éramos en España 52 millones de personas… ahora quedamos… ¿47? Ni eso. Los inmigrantes se han ido. Se ha marchado de España más o menos el doble de la población de Galicia. Y no solo eso, sino que los jóvenes españoles más capacitados se marchan. Normal. ¿Qué van a hacer aquí, si hoy en día solo consigues un curro por enchufe? Da igual carrera que máster. Lo bueno es un enchufe trifásico y a currar. Un título solo te vale si sabes idiomas y te puedes ir por Europa.
¿Quién va a querer venir a España? Aquí los trabajos buenos son para los enchufados y los malos… para los inmigrantes. Ya han pasado esas épocas en las que España se veía desde fuera como la meca del trabajo y la prosperidad. Y en la actualidad solo vienen aquí cuatro gatos en patera. Es triste pero real. La valla de Melilla continúa siendo objetivo de asaltos, pero los que la logran sortear solo podrán aspirar a vender alfombras y mecheros. Así es la vida. No podrán optar a un trabajo por no tener los papeles en regla. Y la pirámide de la población española seguirá envejeciendo… y no se podrán pagar las pensiones.