Francisco Nicolás, pijo florido y entrañable impostor

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A un servidor, por lo menos, no le sorprende que un chaval de veinte años haya dejado en ridículo al Gobierno y a la Casa Real. Es más, no le sorprende en absoluto que este zángano estafase a empresarios y políticos abrumándolos con su verborrea, escudado en su aspecto de niño pijo de Nuevas Generaciones. Así que aquí no vamos a rasgarnos las vestiduras, como han hecho la práctica totalidad de los medios de comunicación, que parecen vivir en un país paralelo a esta España miserable y mezquina que nos rodea a todos los demás. Porque Francisco Nicolás Gómez Iglesias ha puesto la realidad española en el foco, esa triste realidad en la que cualquier arribista sin escrúpulos puede conseguir casi cualquier cosa con unos pocos fuegos de artificio, una puesta en escena creíble, poca vergüenza y cierta labia. El hecho de que se haya colado en el besamanos de Felipe VI representa la victoria de la desfachatez que impera en este país podrido frente a esos antiguos valores cada vez más lejanos, eso que antes nos convertía en ciudadanos.

 

francico nicolas y aznar

 

Impagables las fotos de Ana Bolella, Arturo Fernández, Aznar, Rato, Arias Coñete y Esperanza Aguirre posando con este personaje. Esos que ahora pretenden negar lo evidente, como ya nos tienen habituados. Y es que a cualquier tonto se le puede apabullar con un traje, coches de alta gama y supuestas relaciones con Mariano Rajoy, el rey o el CNI… a cualquiera que comulgue con esta España esquilmada donde es más importante tener un Audi y presumir de riqueza que cualquier otra cosa. Sonrientes en las fotografías junto a este advenedizo sin escrúpulos, estos representantes de la España rancia y casposa, de las tarjetas negras, la corrupción y la venta de favores, simbolizan a la perfección el triunfo de la farsa. Porque aquí a los individuos se los juzga por su cuenta corriente y el resto no cuenta. Aquí el postureo y la envidia son deporte nacional. Por desgracia. No importa quién seas sino lo que los demás piensen de ti. Esto es lo que se le inculca a los niños en el colegio, desde su más tierna infancia. Solo importa ganar dinero. Los niños quieren ser ingenieros y médicos. Todo gira alrededor de unos engranajes que una reducida élite de privilegiados se ha encargado de pudrir para que todo siga igual, para que nada cambie.

 

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¿De verdad a alguien le extraña lo de este niño pijo con cara de no haber roto un plato? Francisco Nicolás, aquejado de una «florida ideación de tipo megalomaníaco», según el auto de su detención, nos ha hecho un favor en el fondo. Porque en España la farsa está considerada arte mayor y a este impostor se le daba de maravilla, incluso a costa de contratar guardaespaldas y coches de alta gama para hacerse pasar por quien no era. Le ha dado a las personas con quienes se relacionaba lo que ellas querían: humo y palmaditas en el hombro. Y de paso se embolsó algunos cuantos miles de euros. Una lástima que no les haya quitado más. Nos ha recordado lo falaz de lo que nos rodea. Ha triunfado. Ha alcanzado la categoría de héroe nacional. El pijo más simpatico de España. El pequeño Nicolás. Lo decía él mismo ante la jueza, después de haber quedado en libertad tras ser detenido acusado de estafa, falsedad documental y usurpación de funciones públicas: «Ahora ya sí que no puedo volver a la facultad, porque no me van a dejar en paz, es que soy trending topic«.

Francisquito el espía, que estudia en el Colegio Universitario de Estudios Financieros y en realidad vive con su abuela de 90 años en un barrio de Madrid nada exclusivo, es solo una víctima más. Resulta un patético ejemplo de la España que nos ha legado una oligarquía corrupta que se repartió el pastel tras la muerte de Franco. Dos partidos mayoritarios que se alternan en el poder. Nos han robado. Nos siguen robando. Muchos admiran a los que más roban. Y este chico puede hacerlo de maravilla. Frank, al que al parecer acaban de ofrecer aparecer en un programa de televisión de esos donde los participantes pierden cualquier atisbo de dignidad, llegará lejos. Como tantísimas otras personas que pueblan esta enorme casa de putas llamada España, es solo otro trepas a la espera de echarle el guante a lo que sea, a costa de lo que sea. ¿Nadie tiene en su círculo más íntimo un conocido así? ¿Viven los periodistas españoles en una realidad patralela? Porque yo conozco unos cuantos. Y en Galicia tenemos incluso uno así que actualmente está en la presidencia de la Xunta.

Pedro J. Panoplia
Pedro J. Panoplia

Adjunto del adjunto del director, esta exótica promesa del periodismo patrio mueve los hilos en esta web. Amado y odiado a partes iguales, transpira neoperiodismo por cada uno de los poros de su piel. Duerme, come, caga y vive en la redacción.

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