Se veía venir. Tras los reveses y bajas en la competición, Florentino Pérez y Agnelli tenían un as en la manga para conseguir que la Superliga sobreviviera. El París Saint Germain no se sumó porque el presidente de la UEFA, Ceferín, ofreció al jeque Al-Kelaifi cinco volquetes de putas para él solo. Los equipos alemanes, franceses e italianos se fueron rajando uno a uno. El Atlético de Madrid fue el siguiente en abandonar tras recibir Miguel Ángel Gil, alias Caracorner, cinco kilos de escama colombiana de regalo. Todo iba a pique, hasta que el Deportivo entró en escena.
Al rescate. El Deportivo ha firmado un contrato con la Superliga junto con el Rácing de Ferrol, el Marino de Luanco y el Langreo para disputar juntos la máxima competición de clubes mundial. Cada uno de los participantes recibirá un vale de cien euros para casas de apuestas, un par de cajas de preservativos por jugador y barra libre en la Riviera. De este modo, el Deportivo podrá hacer frente a la mayor parte de sus gastos corrientes actuales, enjugando sus deudas futuras con su plantilla y su entrenador, felices todos ellos ante el enorme reto, y el resto de clubes entran directamente en superávit, cumplirán con creces el fair play financiero.
Ante tal panorama exitoso y prometedor, algunos clubes portugueses están pensándose entrar en la competición. El Celta de Vigo B podría formar parte del elenco estelar de clubes. Los estadios se llenarán a rebosar y las televisiones batirán récords de audiencia mundial ante la expectación que levantarán los futuros duelos sobre la hierba.