La polémica suspensión de Isla Fantasía aduciendo a «razones climáticas» ha despertado una oleada de indignación en Sada. El Ayuntamiento, que coorganiza el evento, no ha prestado un recinto cerrado para celebrar esta fiesta. Ni siquiera ha ofrecido alternativas alegando «falta de presupuesto», manteniendo no obstante otras fiestas como la de la cerveza, de dudoso valor educativo. «Los grandes perjudicados son los niños, a los que len han jodido la ilusión y todo por una falta de previsión y de sensibilidad increíbles cuando para otras chorradas siempre hay dinero», declaró un padre indignado. «Isla Fantasía era en lo que llevaban trabajando todo el año y ahora a ver quién les explica que no se hace, es tercermundista que nos se haya podido celebrar porque mejor día no pudo hacer, y sino tendrían que haber llevado a los niños al pabellón municipal y listo, no creo que sea tan difícil», añadió Fernanda M., madre de dos alumnos de Sada y sus contornos.
Illa fantasía, a escola do unicornio fue creada para incentivar la lectura y la escritura entre los más pequeños.»Cada vez que un neno ou unha nena aprende a ler e a escribir un unicornio nace na Illa Fantasía e levará para sempre o seu nome”. Bajo este lema se concibió esta iniciativa pedagógica, impulsada por la profesora Esperanza Arias, del colegio Sada y sus Contorno. Este proyecto educativo debía clausurar anteayer su cuarta edición para regocijo de más de mil niños. Pero tanto padres como pequeños se quedaron con las ganas. En un primer momento esta exitosa actividad infantil se desarrolló en el Sada y sus Contornos, pero debido a su gran éxito se implantó en el resto de centros educativos públicos del municipio e incluso a municipios vecinos como Betanzos y Culleredo. El interés que despertó entre los niños Isla Fantasía fue tal que en los últimos tiempos incluso se sumaron a esta distopía alumnos de varios centros de Vigo.
El Concello de Sada, que colabora en este evento a través de la Concejalía de Educación, aunque elogió en diversas notas de prensa esta actividad, no puso ningún interés en buscar una solución. «¿Cómo miro a mi hija a los ojos cuando me pregunte que por qué la engañamos y la dejamos sin Isla Fantasía? No te lo perdonaré jamás, Benito Portela», denunció María Pérez, una de las muchas madres afectadas. La edil de Educación, Raquel Bolaño, definió este proyecto como “una experiencia muy positiva» al que pensaba «darle continuidad con una involucración del cien por cien». Menos mal…