Desarticulan un convento ilegal en un piso en Barcelona

Momento de detención de las monjas[/caption] Las religiosas empleaban los 200 metros cuadrados del 4ºE del número dos de la calle Olivera como un pequeño monasterio. En él, además de las actividades mencionadas, también contaban con un taller textil ilegal en el que fabricaban velos y túnicas religiosas que se vendían en el mercado negro de las iglesias. En el recinto, perteneciente al edificio Buenaventura, la organización había especializado cada estancia en una actividad imitando el funcionamiento de un gran monasterio. En el balcón, las hermanas incluso habían habilitado un pequeño huerto ilegal en el que plantaban lechugas, pepinos y tomates. Además, celebraban la Eucaristía en un lugar «no autorizado como espacio homologado de culto», precisaron los agentes. [caption id="attachment_6172" align="aligncenter" width="1138"]Varias hermanas opusieron resistencia durante su arresto Varias hermanas opusieron resistencia durante su arresto[/caption] Las monjas fueron arrestadas en una intervención especial bautizada por los Mossos como Operación caridad, después de un año de arduas investigaciones en el que varios miembros de la policía catalana lograron infiltrarse en la banda criminal. Durante su detención se resistieron a la autoridad gritando consignas como «¡Sagrado Corazón de Jesús, haznos libres!» o «¡Muerte a los perros de Satán!» Además de 145 euros procedentes del cepillo ilegal situado en la capilla, los agentes se incautaron de fruta fresca, veinte kilos de harina, verduras, 245 pastelitos de Cristo, 210 galletitas en forma de cruz, un número indeterminado de sagradas formas, 34 biblias, ropajes y diversa propaganda religiosa destinada a reclutar nuevos adeptos. Las veinte hermanas pasarán a disposición judicial en las próximas horas. Se les imputan los delitos de pertenencia a organización criminal, asociación ilícita, atentado contra la salubridad pública, huerto ilegal, resistencia a la autoridad e incitación al terrorismo.  ]]>

Wilson Palleiro
Wilson Palleiro

Cree que todavía es posible cambiar el mundo. Como no tiene el valor suficiente para quemar cajeros o hacer escraches, escribe cosas.

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