Inditex y el amor a la patria

Nuevamente el rey de las batas vuelve a ser noticia , el pasado 2014 el imperio textil de este coruñés acabó con unos beneficios de más de 2.500 millones de euros. Pero lo más importante, y lo que los medios no han dejado de repetir, es que creó nada más y nada menos que 1.800 puestos de trabajo en España. Muy bien tito Amancio, si hubiera más como tú el país saldría de este agujero en menos que canta un ruiseñor. Algo que no sale tanto en estos medios es que esos 1.800 trabajos solo representan el 21% de las nuevas contrataciones de Inditex, el resto de nuevos empleados se encuentran en Brasil, india, Marruecos y vaya a saber dónde. Tampoco sabemos cuál es la media de sus nóminas, aunque sí se sabe que el presidente designado por el omnipotente dedo de Amancio cobra 9 millones de euros al año.

Es digno de elogio el control que tiene este hombre sobre los medios de comunicación, y sin gastar un duro en publicidad… ya le gustaría a los jefes de Ferrovial, ACS y demás conocer el secreto. Y la paradoja continúa, pues este caballero que ocupa el 4º lugar en la lista de los hombres más ricos del mundo, vive en uno de los países con más paro de la Unión Europea, sí, España, y todavía es visto por sus vecinos como todo un benefactor y un gran hombre.

Atrás quedan quedan esos años donde las costureras de la provincia lo daban todo por cumplir con los pedidos, cuando los talleres clandestinos o las propias viviendas eran los auténticos centros de producción, donde los jóvenes descargaban los tráilers por un pequeño puñado de euros. Ahora son nuevos tiempos. Tiempos en los que la explotación continúa, pero en países muy lejos de Arteixo y en lugar de viejas costureras las que ahora dan el callo son niñas marroquíes o vietnamitas. La historia se repite y el capital siempre gana.

Rodolfo Smith
Rodolfo Smith

Predicador fracasado, conocedor como nadie del extrarradio de Curtis y fiel devoto de las drogas digitales. No conozco nada ni a nadie, porque no puedes conocer por completo a nada ni a nadie. Sólo sé que sé algo que no debía saber.

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