Feliz Navidad, a pesar de todo.
A pesar de que somos solo hombres indefensos ante la inmensidad, a pesar de Bisbal y Bustamante, a pesar de que todavía no estamos preparados para la poesía, a pesar de la programación navideña, a pesar de que los pobres somos cada vez más pobres, a pesar de tanto hijo de puta, a pesar de Messi y Cristiano Ronaldo, a pesar de que la barbarie y la ignorancia atenazan a los justos, a pesar de que una élite cada vez más reducida dicta los designios del mundo, a pesar de Gayoso y Superpiñeiro, a pesar de que a nadie le importa un pimiento Pico della Mirandola, a pesar de que no somos quienes deberíamos ser, a pesar de Paulo Coelho, a pesar de que la película sobre Passolini es una puta mierda cuando debería ser sublime, a pesar de que nadie escribe ya versos como Bukowski, a pesar de que somos esclavos con distintos nombres, a pesar de que nuestras pertenencias nos van hundiendo en la miseria, a pesar de todas esas fábricas soltando mierda, a pesar de que Kafka tenía razón, a pesar de Moncho Borrajo, a pesar de que a Giordano Bruno lo quemaron y después le levantaron una estatua, a pesar de que las películas que vi en el cine este año son todas una puta mierda, a pesar de Mariló Montero y Toñi Moreno, a pesar de que no hay pan para tanto chorizo, a pesar de que nos moriremos todos, a pesar de la gente que llama con un «shhhh» a los camareros, a pesar del PPSOE, a pesar de todo el talento desperdiciado, a pesar de las buenas intenciones, a pesar de Enrique Iglesias, a pesar de que en cada ser humano reside un pedazo de Dios, a pesar de que todos los idiotas quieren aprender inglés sin saber su propio idioma y a pesar de tu puta madre.
Deberían tratarte en Sada como a Giordano Bruno por meterte con el sublime culo de Mariló Montero, cabrón. Sublime el final: «a pesar de tu puta madre», magnífico título para una serie televisiva de esas que tanto gustan ahora, podría sustituír a «Mad Men».