Una vez terminado el Mundial de baloncesto, todos los aficionados españoles nos quedamos con una cosa: la sorprendente derrota de la selección española ante los franceses. Imperdonable. Esa es la palabra. No puede ser que una selección que aspira a llevarse la medalla de oro juegue un partido tan desastroso como el de cuartos de final ante Francia. España salió a jugar con una falta de concentración y de intensidad tremenda. Los franceses, por su parte, llevaban el partido estudiado al milímetro, supieron qué hacer en todo momento para que los españoles no pudieran hacer su juego. En ningún momento fuimos capaces de hacer un ataque mínimamente fluido, y todo se convirtió en jugadas individuales, en su mayoría de Pau Gasol y Juan Carlos Navarro. Marc Gasol, que acababa de ser padre unas horas antes, no hizo nada en todo el partido. El resto de jugadores estuvieron ansiosos y lanzando malos tiros, con un pésimo acierto, terminaron con un 2/22 en triples. Un partido feo que terminó con la peor anotación de la selección española desde el año 68, un total de 52 puntos.
Al terminar el partido los jugadores se marchaban cabizbajos mientras la afición pedía la dimisión del seleccionador Juan Antonio Orenga. No creo que el entrenador pudiera hacer mucho durante el partido, quizá tener menos minutos en pista a Marc y haber probado a Felipe Reyes, pero probablemente no habría cambiado demasiado las cosas. El error es previo al partido. Los españoles se pensaron que por haberle ganado a Francia en la fase de grupos no tendrían problema. Un fracaso imperdonable.
Por su parte, EE.UU. fueron a lo suyo y consiguieron el oro. Una actitud impecable, jugando con intensidad cada minuto de partido aunque la diferencia con su rival fuera de 30 puntos. Fueron pasando fases sin ningún problema y en la final ante Serbia más de lo mismo. Prácticamente sentenciaron el partido en la primera parte. Tremendo Kyrie Irving en la final, lo que le dio un merecidísimo premio al mejor jugador del torneo. Un aplauso para esta selección americana que, a pesar de contar hasta con 17 bajas y tener una media de edad de 24 años, se llevaron el campeonato de calle.
Por Sergio M.