Mucho tiempo antes de que la Wikipedia fuera la principal fuente de información del mundo avanzado, el ser humano ya estaba buscando respuestas sobre lo que podía haber ahí fuera. Ya sea por la necesidad de conocer mejor de su entorno, origen y diversos porqués. O por el miedo con el que nacemos y que nos lleva a buscar una protección “extra”. Para esta vida o simplemente como una creación imaginaria para todas esas respuestas que no podía encontrar… lo cierto es que, ya desde los primeras culturas, el hombre hizo lo posible e imposible por encontrarlo.
Se supone que los primeros homínidos adoraban a los elementos naturales como el trueno, la lluvia, el fuego, el sol, etc. En el Neolítico surge el culto a la diosa, que protegía los ganados, las cosechas y fertilizaba las tierras. En el antiguo Egipto los dioses eran invisibles, pero a veces se transformaban en animales. Es aquí cuando nacen los seres mitad humano mitad animal, algo que se convertirá en todo un clásico en prácticamente todas las culturas. En Grecia también había que atribuir esa fuerza de la naturaleza y de los astros a seres superiores a quienes había que complacer para evitar sus cóleras. Así fue como surgieron los dioses con formas humanas. Durante la Edad Media este papel lo interpretó aquel que entregó a su propio hijo por nosotros, los pecadores.
Durante el siglo XX , y después de muchos años donde la iglesia y su dios copan prácticamente todo el mercado de lo intangible, algunos creen ver a unos seres procedentes de otros planetas, que muy de vez en cuando aparecen por la tierra y que poseen un conocimiento y fuerza mucho mayor que nosotros. Los extraterrestres son los dioses de la cultura pop, la adaptación del antiguo mito llevado a la era de la tecnología. Seres extraordinariamente inteligentes y que por tanto han desarrollado una tecnología que no está a nuestro alcance y que les permite llevar años observándonos sin que apenas nos demos cuenta. Según los creyentes, los reptilianos ( hombre/reptil/ extraterreste) llevan siglos entre nosotros, y no solo mirando. Se han confundido entre la raza humana y son aparentemente iguales a nosotros. Sólo su mirada impenetrable, gesto inexpresivo, carácter vanidoso o su gusto por dominar todo los pueden delatar. Se dice que no tienen amor ni compasión y que poseen una gran intelegincia. Algo sin duda cuestionable cuando entre los reptilianos más famosos se encuentra gente como George W. Bush. También Tony Blair, Michelle Obama, Rockefeller, Lady Gaga o el mismo Botín son un fake humano.
La decadencia del ser humano es incuestionable. Antes se adoraba la fuerza o determinación de esas criaturas imaginarias, pero ahora estos seres no poseen superpoderes ni nada parecido, el dinero y el poder son su armas. Larga vida al capital.
Ola ke ase.