Casi habían pasado veinte años desde aquella vez. No estaba en Madrid, ni mis bolsillos estaban llenos de drogas, tampoco estaba rodeado de colegas ávidos de emociones. También hacía tiempo que mis papás habían dejado de subvencionar estos eventos culturales, pero el THC y el alcohol continuaban corriendo por mis venas. Ahora me encontraba en la capital gallega, tierra de peregrinos y corruptelas varias, rodeado de treintañeros cazadores de mitos musicales y jóvenes raperos clónicos, vestidos como de comunión pero con gorra plana y zapas molonas, que acudían a una de estas citas únicas y que no tardarían en subir a su Facebook, Twitter, Youtube, Instagran o similar basura social alguna imagen o vídeo para demostrar que ellos estuvieron allí.
Daban igual Watios (21:00! demasiado pronto) y Comando Katana (un grupo interesante y que se llevó unos buenos aplausos), todos nos encontrábamos allí para ver a Serial Killers, grupo que gira en torno a la figura de B Real y de su historia como miembro fundador de Cypress Hill, en toda la cartelería se deja bien claro esto. Cuenta además con otra figura de la movida West Coast, Xzibit y el para algunos desconocido Demrick (Young De). Para muchos una oportunidad de revivir a aquel mítico grupo de L.A. que apareció por aquellos 90´S cosechando éxitos y más éxitos, pero sin el percusionista Eric Bobo, con Dj Julio G en lugar del cada vez más productor Dj Muggs y con Xzibit intentando suplir a Sen Dog… En el mundillo de la telefonía móvil sería algo asi como comparar un Aphone chino con un Iphone. El concierto fue tal y como se esperaba, una hora y media de espectáculo (bis de rigor incluido) con un buen sonido y juego de luces que no se quedaba atrás, es aquí donde la diferencia con la escena patria se hace todavía más abismal. El ambiente un tanto descafeinado, apenas se notaba el olor de la maría. Muy curioso que esto pase en un concierto en el que el protagonista es B Real, una de las figuras más reinvindicativas en pro de la legalización. Musicalmente no dejó de ser un rápido repaso por los temas más clásicos de Cypress tales como How i Could just kill a man, Latin lingo, Insaine in the brain o Yo quiero fumar mota, algún que otro éxito de Xzibit y 3 ó 4 temas de su nuevo disco homónimo.
Desde luego que los años han pasado por todos, no sólo por este que escribe y que apenas pudo saltar y empujar como Dios manda. B Real tampoco es aquel joven con voz nasal tan peculiar que reventaba los escenarios a base de marijuana y flow, pero mantiene esa esencia, ese buen rollo que lo impregna todo, pese a que este nuevo grupo se caracteriza por el ambiente lúgubre y oscuro, muy del rollo malote casi asesino que tanto se lleva ahora. Lo de Xzibit ya fue otra cosa, sus cadenas y pelucazo desentonaban un poco, pero sin duda que brillaron más que él, apenas destacar su mítico X o What´s the difeerence y algún otro rompepistas con el que intentó justificar su presencia. Demrick no estuvo mal, intentando demostrar que no sólo es el chaval, ni mucho menos, que acompaña a las dos figuras, incluyendo el numerito de lanzarse al público para rapear sobre sus brazos durante algo más de un minuto, algo muy del show yanqui y tan artificial como los provocadores gestos con los que la otrora Hanna Montana deleita a sus fans y padres en cada concierto.
A las 00:30 ya estaba todo más que acabado… y así me fui, un poco contento, algo borracho y muy fumado, pero con una idea en la cabeza que apenas me dejó dormir… ¿un unplugged para cuándo??
La mayoría de la chavalada que coreaba en Santiago los temas de Cypress Hill no eran ni un proyecto cuando otros nos andabamos rulando las cintas. Fue curioso ver como había dos generaciones bien distintas en el concierto. Un abrazo.