Bob Dylan, el hombre-anuncio

¿Por qué lo has hecho? ¿No tenías suficiente pasta? Claro que tampoco era la primera vez. Antes ya habías anunciado lencería femenina, coches, cadenas de cafés malos y buscadores de Internet. Ya puestos a venderse, ¿qué más da, verdad? Pero… ¿¿un banco?? ¡¡Con la que está cayendo!! No eres más que un mierda, Bob. Has vendido tu alma por enésima vez. ¿Alguna vez la has tenido? Nos hiciste creer que sí un día. Un día que parece cada vez más lejano, como tus canciones. Representas el fracaso de la poesía, la mercantilización del humanismo. ¿Por qué? ¿Cuánto te han pagado esta vez? Dicen los del banco que no demasiado, que les saliste casi regalado. El vate de Minesota a precio de saldo. Compre dos cantautores y pague sólo uno. Pague tres iconos de la contracultura y llévese cuatro. ¡Oferta! Eso sí que es espíritu de protesta, ¿verdad? Te observo con desprecio, en todo tu esplendor, joven y desafiante en esa filmación antigua, hilvanando ocurrencias en voz alta, mientras tratas de convencerme para que abra una cuenta. Que te follen. Eres un maniquí, un ejecutivo espigado bajo unas gafas de sol, un bardo de los paraísos fiscales, una puta mentira. La sombra de lo que un día fuiste. Representas todo lo despreciable en el ser humano, la derrota definitiva de la belleza, el triunfo del capitalismo. No eres mejor que los que censuras en tus canciones. Te has convertido en ellos. ¿Vas a tocar este año para el Papa otra vez?

 

Has ingresado en el Club Bildelberg del rock and roll, junto a los Rolling Stones y sus anuncios de hipotecas basura. Te sientas a la mesa de sus aristocráticas majestades y sus conciertos privados para ejecutivos millonarios, junto a sir Mick Jagger y su perorata vacía. Like a Rolling Stone, como dices en el anuncio. Qué forma de joder una canción. Intercambias opiniones con Bruce Springsteen sobre su anuncio de refrescos. No eres mejor que Yoko Ono cediendo los derechos de imagen de John Lennon para vendernos coches. Eres el peor de todos ellos, tú, el antiguo hombre pájaro de la libertad, porque eras nuestra esperanza y pudiste decidir qué hacer. Porque una vez nos hiciste soñar. Y decidiste venderte, Mr. Tambourine Man. Esta vez a un banco. Y además barato. Y de paso nos vendiste a todos nosotros también.

 

Eres una puta caricatura de tí mismo. El hombre-anuncio. Sales muy moderno y contestatario en tu último videoclip, cantando esa mierda. Y es que estoy empezando a replantearme cosas, como reza tu último spot. No eres nada. No formas parte de la lírica, aunque una vez nos quisiste hacer creer que sí. Jim Morrison no lo hizo, Jello Biafra tampoco. El dinero podrá comprar monigotes como tú, pero nunca podrá comprar el rock and roll. Así que vete a la puta mierda, Bob Dylan.

Wilson Palleiro
Wilson Palleiro

Cree que todavía es posible cambiar el mundo. Como no tiene el valor suficiente para quemar cajeros o hacer escraches, escribe cosas.

3 comentarios

  1. Wilson no predica con el ejemplo, despotrica, pero luego resulta que él ha trabajado como modelo en campañas de calzoncillos de Calvin Klein y que es primo lejano de Mark Walberg, que es quien le enchufó en el mundo de la moda. De hecho se llama Wilson Palleiro Walberg.

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